La formación de los empleados en las obligaciones y procedimientos definidos y reglados en la Ley 10/2010 y el RD 304/2014, supone un aspecto clave que garantiza el buen funcionamiento del marco de control interno, definido en la empresa, en materia de prevención de blanqueo de capitales. Los procesos de formación deben ser enmarcados dentro de un plan anual.
Desde nuestra visión y experiencia, consideramos esencial no sólo la definición e impartición de cursos de naturaleza formal si no también una formación integral basada en un enfoque de gestión del riesgo, que permita la identificación, evaluación y mitigación de las operaciones y clientes susceptibles de ser tratadas.
Este método de formación ha sido desarrollado considerando las especificidades sectoriales aplicables a cada actividad, lo que permite un proceso formativo más práctico y "customizable" a los riesgos y particularidades a los que se enfrenta el cliente.